martes, 20 de febrero de 2007

Tus Pedos ya no Huelen

La sensación de que caería una lluvia de talco invadió mi cabeza.
Las noticias decían que el mundo se iba a volver una nube de olor por un día entero.
Solo unos cuantos sobrevivirían...no podía creer que era cierto, pero el satélite del Dr.Monkey lo confirmaba. A lo lejos se veía ese polvazal giganteszco. Tuve miedo.
Abarcaría la Tierra entera, 360 grados de talco. Seguramente San Pedro se tiró un pedo y - a la
vieja costumbre- se había embarrado el culo de talco y alcohol.
Ahora su escupitajo nos ahogaría. Come with me.
Tomé a mi ardilla de la cola y le dije Hola Lola. Le llevé conmigo hasta el funeral de su madre, tomamos dos litros de agua y respiramos dos gotas de sudor. Una por la mañana y otra por la tarde. Dormimos uno al lado del otro junto al féretro y a cada tanto observábamos el cielo con la boca abierta.
De un momento a otro nos atacaron los temores de infancia. Lola se alejó de mí, pues prefería
sentir el olor del jabón en su sobaco...yo, por mi parte - que había dormido los pezones de una pesada elefanta el día anterior - decidí correr junto al lago y perseguir a los delfines. Al final de
cuentas siempre moriría atrapado por esa nube hedionda.
Deseché el día, lo guardé en mi bolsillo y lo tiré en el basurero de la esquina.
Así logré escapar de la nube de polvo y darme cuenta que tus pedos no huelen feo.
Eres una cosa linda con una linda cola.


Casimiro Pantorrilla Pirrurris.
Abogado Defensor y Astronauta.

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